Una mujer anuncia su propio nacimiento y la posterior reclusión de su madre en el seno de un convento antes de entregarla en adopción. A partir de ahí, su vida y la de su verdadera madre serán reconstruidas, a través de sus propias voces y de las de los personajes que forman parte de ellas: la otra madre, que la ama y la cría como a su propia hija, y que, sin saberlo, encamina también su propia existencia hacia el reencuentro con la verdadera madre de la protagonista.
Su hermana Adriana, su “Hermadriana”, el anverso en el espejo, la persona que generosamente donó la mitad de su herencia afectiva.
La sirvienta, el zapatero, el padre, entre ausente y enigmático hasta el final.
Pero ¿acaso pueden tantos personajes buscar a la misma mujer?
Vidas duras, tristes, reducidas a veces a una simple anotación en una carta, pero que también se rebelan contra su disolución en un pasado y en un futuro que parecen abocarlas a la infelicidad. Cada línea de esta novela teje una tela que inexorablemente une la vida de cada personaje con el resto. La búsqueda de un origen, el de la madre verdadera, a la manera de las viejas narraciones biográficas, epistolares, en las que el desenlace es solo la culminación de un deseo diferido y esperado, conducirá a todos los personajes a encontrar la auténtica felicidad. Una panorámica multicolor y terriblemente nostálgica de la infancia, la juventud y la madurez. Y todo ello con el telón de fondo de una Navarra no tan lejana, la de la religión, los tabúes, la oscuridad y el pecado.
Novela magníficamente escrita que no pierde nunca de vista la relación entre
Elixabet Badiola León
(Donostia, 1949). Aspirante a
“guisadora de letras”.
Hoy, con sonrisa serena, presenta una nueva novela: Suenan muchas campanas dentro de nosotras (octubre de 2015).
Casi fue ayer (junio de 2014) cuando rescató de sus entrañas Glicinia Rota.
(Octubre de 1974) Poemas de mujer, fuerza telúrica transformada en poema.