Ilustrado por Pedro Tornero. Berenguela era una niña de 6 años –ahora es mayor–, hija de unos vecinos. Alguien le dijo que yo escribía poemas, así que cuando estábamos en el patio, ella venía y me decía: “¡Apunta!” Menos mal que siempre llevo la pluma conmigo porque durante ese verano Berenguela me dictó los poemas de este libro, yo sólo le he ayudado a terminar algunos.
Ángel Javier Aguilar Bañón ha vivido ya 52 Fiestas de Moros y Cristianos de Caudete y otras tantas Ferias de Albacete. Trabaja de bibliotecario en la Universidad de Castilla-La Mancha. Le gusta querer, y también la poesía, el ajedrez y el mús.
Su mujer, Chelo, es astróloga y guapa. Le gusta mucho llamarla porque cuando la nombra la boca se le vuelve campana. Tiene dos hijas, que le ayudaron a escribir este libro: Gracia, poeta, que le atraviesa con sus versos, y Clara, osteópata, que le atraviesa con sus manos. Ángel sospecha que las tres son brujas (buenas).
Hace tiempo escribió también un libro para niños: El Dragón Cárpulas, y también otros de poesía, uno de ellos se titula El Libro del Agua. Después de este libro, Ediciones QVE también ha publicado su poemario 'Maneras de deshacerse'.