«Nunca falto, nunca llego tarde, nunca me siento y nunca escribo en la pizarra». Esto fue lo que le dijo a sus alumnos el autor de Prohibido jugar a la pelota allá por el mes de septiembre en su presentación. Y como era verdad, cuando a comienzos de año les prometió que contaría el siguiente trimestre en un libro, supieron de inmediato que a final de curso leerían uno por primera vez. He aquí por fin el resultado, una obra donde la puerta del aula Pedro Caravia del IES Alfonso II de Oviedo se abre a las horas de Ámbito Lingüístico y Social de par en par. Un soplo de aire fresco en la literatura educativa que la crítica española e internacional ha recibido con entusiasmo:
«Después de leerlo, serás otra persona» (Alejandro Vodislav).
«Un libro fascinante» (Lía Patricia Noboa).
«Un libro donde aparece gente muy buena, pacífica e inteligente» (Vicente Santos).
«Nunca verás un libro como este, es inigualable» (Nicol Stefany Londoño).
«Glorioso libro. ¡Es la hostia!» (Edgar Suárez).
«Libro espectacular» (Marlon Adrián).
«Buenísimo, muy chistoso y muy raro» (Angie Cartagena).
«El libro más inspirador del mundo» (Adrián Vargas).
«No me gusta leer, y este libro es el único que me he leído entero» (Camila Matiz).
«¡El güeso, qué pedazo de libro!» (Miguel Castaño).
«Alucinante, cuanto más lo leo más me inspira» (Bia De Souza).