Si has experimentado el placer de pisar y oler las tablas de un escenario, los nervios de una noche de estreno, la embriaguez de los aplausos, la sensación única de recitar a Shakespeare o a Chéjov, la expectativa de un nuevo estreno: desde la primera lectura de la obra hasta los ensayos finales sobre el escenario... O si eres un espectador que ama el teatro, encontrarás en este libro dieciséis relatos. Cada uno hace referencia a un gran autor y su obra: La muerte de un viajante, Pigmalión, La loca de Chaillot, En la ardiente oscuridad, El Rey Lear, Doña Rosita la soltera, La dama del alba, Así es si así os parece y muchos más.
Si conoces ese goce insuperable que se experimenta segundos antes de que se alce el telón, momento en que toda la magia es posible, sin duda: éste es tu libro.
Manuel Labrandero. Desde los quince hasta los cincuenta y tres años he actuado en el teatro. Tuve que dejarlo por motivos de salud.
He sido lo que llamaríamos un secundario de lujo. Decían que tenía vis cómica y que hablaba alto y claro, lo cual no es poco.
He tenido la fortuna de interpretar lo mejor del repertorio universal y autóctono.
Me gusta mucho esta imagen. Es una foto robada entre bambalinas. Interpreto al mesonero de Il ventaglio, de Goldoni. Puede observarse que, pese a que no hablo, todo mi rostro está atento, los músculos tensos, pendientes del momento en que me toque dar la réplica.
Es una imagen que refleja el goce y el sufrimiento del teatro: ese sentimiento indefinible que nos hace amarle para siempre.
Parafraseando a Lope
... esto es amor: quien lo probó lo sabe.
En este caso, amor al teatro.
