Las palabras de este libro provocan una cálida y tierna sensación de retorno a lo sencillo, a lo natural, a lo humano, cosa que no debemos perder, sino cuidar y mimar, ya que nos encamina suavemente de regreso a Casa.
Paz Espinás Vijande
Dicen que la vida es corta, pero yo digo que siempre puede ensancharse. ¡Y eso es lo que hago! Escribo porque me encanta. ¡Se me despertó la intuición y no la he puesto a dormir todavía!
Desde entonces es como si tuviera un diablillo bueno sentado en mi hombro que se inventa historias. Me imagino un mundo y lo lleno de personajes, de emociones, de sentimientos.
Cuando te sumerges en el mundo de los niños no hay reglas. Una pajarita de papel es un cisne majestuoso, y un soldadito de plomo es un príncipe jugando a batallitas. Porque en mi realidad inventada no hay guerras, no hay malos ni perdedores. Todo suma, todo tiene sentido, aunque no esté a la vista.
Así es mi mensaje para todos los niños de la Tierra: luminoso y esperanzador. No siempre es alegre, porque un poco de tristeza no hace daño y enriquece la vida. ¡Lo importante es saber que cada noche oscura tiene su propio amanecer!