Hay quien piensa: ¿Qué será de mí cuando ya no esté? ¿Alguien se acordará de nosotros dentro de algunas décadas? ¿Seremos, tal vez, tan solo unas viejas fotografías que nadie sabrá de quién son?
Sin embargo, todo aquello que hacemos, que podemos aportar, puede perdurar y quedarse como un recuerdo de nosotros mismos: el árbol que plantamos, el cuadro que pintamos, el relato que escribimos, la sonrisa que arrancamos a alguien e, incluso, el mero hecho de intentar dejar el mundo un poquito mejor que como nos lo encontramos nos perpetúa en el tiempo.
Recuerdo que mi abuela me decía que a los libros había que cuidarlos, porque los libros te decían cosas. He aquí un compendio de las cosas que os he contado a lo largo de estos años.
(El autor)
Me sería complicado realizar una biografía de mí mismo, máxime cuando mi frágil memoria es una de las causantes de que un buen día me pusiese a escribir.
Nací cuando nadie me esperaba. El médico que reconoció a mi madre cuando estaba de parto dijo que ese día no iba a nacer, pero debió ser la algarabía de la Feria de Albacete la que me animó a salir antes de tiempo, aquel fresco martes de 1974. Fue tan repentina mi llegada que tuvieron que andar buscando a mi padre que, junto con mis tíos, me estaban “ayudando a nacer“ en aquella festiva jornada.
De recién nacido era muy feo y la cosa no mejoró tampoco mucho, aun así recuerdo mi infancia feliz y completa.
Ahora ya, centrándonos en la escritura, el gusanillo comenzó a despertar en 1987, gracias al profesor de Lengua y Literatura que tenía en aquel curso, pero no sería hasta finales de 1989 cuando aquel deseo interno explotó con mi primer pequeño poemario. Por aquel entonces escribía poesía, siempre diré que lo hacía para ver si ligaba con alguna chica en aquellos años adolescentes, pero ni me convertí en un conquistador de corazones ni tampoco compuse versos que fuesen dignos de nada. El tema de la poesía quedó prácticamente olvidado alrededor de 1999.
Por lo general mis textos aparecían en fanzines o los autopublicaba con fotocopias; este hecho no surgió de forma casual: en un pequeño viaje realizado a Salamanca en 1990 me encontré con muchos jóvenes estudiantes que publicaban sus relatos y poemas en este tipo de publicaciones, lo cual me pareció un paradigma en lo que a libertad creativa y de expresión se refiere, por lo que desde entonces fue mi medio preferido.
Con la llegada del siglo XXI y los problemas de la vida adulta tales como deudas, trabajos de miseria y crisis de la madurez, hicieron que mi escritura fuese más escasa.
En 2010 mi vida dio un giro en cuanto a la actividad creativa se refiere, ya que una serie de relatos escritos hasta aquel año conformarían mi primera obra publicada: I fuck on the first date, Vivir follando y otros cuentos e historietas. Con este título se pueden imaginar ustedes que no se trataba de textos filosóficos, sino que más bien buscaban el humor, si era un poco bestia mejor. Desde ese preciso instante comencé a formarme y a seguir con mi tarea creativa, cuando las obligaciones me lo permitían, con las obras que pueden encontrar en este libro.
