El agua que sale de los grifos de la capital y las ciudades que la rodean, el mismo agua que bebemos y nos proporciona la necesaria higiene, en su infancia fue libre. Parte de ella saltó entre peñascos formando paisajes y rincones de belleza salvaje, de los que no siempre tenemos consciencia. Pese a los cada vez más frecuentes y persistentes periodos de sequía, aún podemos ser testigos de esas sorpresas que nos reserva la naturaleza a no mucha distancia de la urbe.
En esta guía se describen los saltos de agua más importantes de las provincias del centro peninsular. Conócelos y respeta su entorno.