Después de Días de quimio y rosas y El amante de papel os regalo este nuevo poemario: Todo el amor; que no sólo es un cómodo viaje sobre la piel dorada de una mujer, sino que también es una larga travesía angosta e íntima: una carrera de fondo, como la de un río que nace como nosotros de la húmeda sombra y que en el estuario de su vida (ojalá lo imitemos) desaparece, sin nostalgia, sin ruido, sin lágrimas. Un viaje puesto en orden por el libro de los besos en el tiempo: desde los más ardientes, hasta la ternura de esa mano en la noche que busca en otra apaciguar el miedo…
Todo el amor está en este libro. Tal vez su corazón esté hecho para que duerma en la plaza con luna de tu pecho, junto al tuyo, que pueda parecerle pequeño, como si cupiese en su mano cerrada, pero recuerda que es como esa piña caída en el suelo, que un niño coge, mira, y atesora y aprieta tanto, tanto, en su puño, que ni el sueño de la muerte se la arrebataría.
