30 días, 30 oportunidades intenta huir de los típicos libros de autoayuda en los que el lector es un sujeto pasivo que lee, analiza y sigue sentado en su sofá pensando en lo que podría ser y no es. Pretende ser un cuaderno de campo, un libro de trabajo en el que, día a día, capítulo a capítulo, el lector va tomando protagonismo en su progreso y va poniendo en práctica unos sencillos ejercicios que le van mostrando de lo que puede ser capaz con un mínimo de voluntad. No es un libro milagroso, pero sí una ventana a un mundo que te muestra una inmensa realidad y que cambia la frase «si no lo veo, no lo creo», por «si lo creo, lo veo».
Verás cómo, poco a poco, sin darte cuenta, irás avanzando e implementando pequeños cambios que te mostrarán una nueva realidad. Algo parecido a lo que ocurre con el síndrome de la rana hervida, pero en positivo; esto es, si ponemos una rana en agua hirviendo, esta saltará; sin embargo, si ponemos a la rana en agua fría y la vamos calentando poco a poco, morirá sin darse cuenta. Digamos que es una forma un poco más delicada de mostrar que las personas nos acostumbramos a las cosas malas hasta un punto en que las vemos normales. Pues bien, vamos a trabajar en sentido contrario, vamos a acostumbrarnos a las cosas buenas hasta un punto en el cual será una tónica general en nuestras vidas y, de pronto, sin darnos cuenta, dejamos de existir y empezamos a vivir.