Parafraseando al Dr. Watson, los amigos de la Sociedad de Mendigos Aficionados se alegrarán de saber que vive todavía y se encuentra perfectamente bien, aunque algo lisiada por algún que otro ataque de reumatismo. Aquellos, en cambio, que habían proclamado con imprudencia su defunción, descubrirán a través de estos papeles (¿póstumos?) que la mítica “sociedad insociable, filantrópica y ocasionalmente etílica”, sigue en plena forma, a la hora de analizar los entresijos de las aventuras de Sherlock Holmes, veinticinco años después de su primera aparición nocturnal por las calles de Madrid. Disfrute pues el incauto lector con los últimos saludos de tan intratable cofradía.
La Sociedad de Mendigos Aficionados de Madrid