Un Hombre bueno, polifacético y gran amigo de los animales recibe de sus hijos como regalo una pollina a la que llamó Catalina. Desde ese día se establece entre ellos una relación de amistad. Catalina era alegre, juguetona y muy cariñosa con los niños. La vida de Catalina y el Hombre bueno transcurre plácidamente hasta que ocurre algo inesperado.
Los valores que pone de manifiesto Catalina la humanizan de forma que es capaz de alegrarse, entristecerse, sorprenderse, sentir miedo o sentir añoranza. La amistad y la fidelidad son los valores dominantes en el relato.