Ahora que parece que el mundo se cae a pedazos,
hay que volver a aprender a trenzar cada segundo,
volver a trenzar abrazos, besos y versos, trenzar palabras
que sanen y envuelvan corazones y vidas.
El tiempo todo lo devora, todo se convierte en nada.
Todo quedará como un trenzado inacabado, que otros
seguirán trenzando con otras manos, con cabellos más
suaves y desenredados.
Nuevamente, se compondrán nuevos versos llenos de verdad
y justicia unidas, en ese entramado maravilloso
que es la vida.
Se empezará de nuevo a trenzar nuevos sueños,
con nuevas ilusiones,
con la certeza de que el tiempo todo lo devora;
igual que todo acaba, todo vuelve a empezar de nuevo.
Y no es inútil vivir y enseñar a trenzar con suaves movimientos
a quien viene sin saber cómo trenzar sus cabellos.
Llanos Fernández Panadés nace en Albacete, en uno de los barrios más populares de la ciudad, en medio de una gran familia humilde de tradición cuchillera.
Deja sus estudios de manera temprana, pero continúa su formación de forma autodidacta, amante de la literatura y la pintura, los libros fueron el refugio de su adolescencia.
Después de toda una vida escribiendo sentimientos y pensamientos en forma de poemas, por fin da el paso de convertirlos en su segundo libro, este que tienen entre sus manos.