Jubilarse en la Costa del Sol –es el sueño de muchos– pero la realidad es que es sólo para algunos.
Hermann Hiemcke, director de un lujoso proyecto de viviendas protegidas por acaudalados residentes extranjeros en España a lo largo de 20 años comparte, entre otras, historias interesantes sobre residentes en “el Refugio” –cariñosamente clasificadas como los “Admirables” o los “Arrepentidos Viejos Pecadores”– y como ellos manejaban los diversos aspectos de su vejez.
Hiemcke escribe en un estilo excelente y fresco, derrochando delicioso humor en estos recuerdos interesantes.
Estos preciados cuentos reales son un recordatorio conmovedor de como un sentido del humor y una independencia mental pueden allanar el camino en los "últimos años" y que las ventajas y desventajas de la vida son parte de una aventura para ser acariciado.
Esto es una joya de libro que debería ser de lectura obligatoria para todos los que tienen temor al envejecimiento y al final que está acercándose, que bien puede ser cierto para la mayoría de nosotros. Entretenido y bien sazonado con sabiduría - este libro es una alegría de poder leer.
La pintura de la portada es un trabajo de la esposa del autor la señora Anke Berta Hiemcke.
En la traducción del texto original del inglés al castellano fui asistido por el Sr. Francisco Luna Roldán a quien quiero ofrecer mi profundo agradecimiento.
Hermann Hiemcke, un ciudadano Alemán de descendencia multiracial, nació en la que en aquel tiempo fue la Guayana Holandesa – actualmente la república bananera de Surinam. Entre su ascendientes había intelectuales Europeos altamente clasificados, pero también mercenarios Alemanes y Portugueses, tratantes de esclavos sin escrúpulos, a un lado negreros ricos pero al otro lado también esclavos maltratados. Solamente 10 años de su infancia ha vivido en aquel país tropical, posteriormente fue a Holanda donde con 18 años había conseguido graduarse en el bachillerato de la escuela superior en Ámsterdam. Después de unos 8 años en los Países Bajos y muchísimos viajes se estableció en Alemania donde se caso, crió a sus cinco hijos y después de un trayectoria profesional y empresarial prospera de 22 años, él había conseguido la posibilidad de emigrar a España como un jubilado bastante joven e independiente – eso era lo que él pensaba en aquel tiempo. Hiemcke y su esposa de casi 50 años, Anke Berta, hablan Alemán, Inglés, Holandés y Castellano con fluidez. Él se considera a sí mismo – utilizando sus propias palabras – “un producto de generaciones y generaciones de amalgamación humana”.
La pareja ha disfrutado de una vida familiar muy gratificante y ha tenido la suerte de participar en lo que se llamaba el “milagro económico” de la postguerra Alemana. No obstante su vida común inicial ha tenido sus altas y bajas. Dos hijas fallecieron cuando los dos estaban solamente en la tercera década de su vida. Hiemcke y su esposa consiguieron sobrevivir a estos horribles golpes y ahora dan la razón a la tesis del escritor y filosofo Alemán Friedrich Nietzsche “aprecias lo que te endurece”.
Pero luego, cuando ellos ya pensaban que había llegado el momento para retirarse a España para disfrutar de una vida tranquila, inesperadamente llegaba una nueva carrera que se desarrollo en una vocación y al cabo de un corto tiempo la nueva tarea se convirtió en una adicción. Se desarrollaba en una pasión que ha abierto para ambos un camino a nuevos horizontes dando a sus vidas una retribución que nunca antes tenían experimentado. Ahora, mientras los dos ya están en su séptima década, poco ha cambiado porque todavía tienen que luchar para encontrar algo de tiempo libre para dedicarse a sus hobbies, escribir para él y pintura sobre seda para ella.