En esta novela se narra la historia de Sagrario, una mujer de principios del siglo XX cuya existencia transcurrió primero en Altillo de Arriba, un imaginario y apartado lugar recóndito de la geografía española, donde fue feliz, a pesar de las duras condiciones en las que se desarrolló su infancia y adolescencia, y más tarde en Altillo de Abajo, el pueblo vecino, donde pasó el resto de su vida. Sin ningún tipo de aportes tecnológicos y sin posibilidad de progreso debido al aislamiento del lugar, así como a los hechos históricos en los que el país estuvo inmerso en aquellos tiempos, Altillo de Arriba se sumió en un gran atraso, tanto económico como intelectual, y fue abandonado como otros de similares características, hasta que desapareció el último de sus habitantes y quedó a merced del avance de una naturaleza que, con el paso del tiempo, volvió a adueñarse de lo que le había sido arrebatado.
Fue en estos lugares donde Sagrario desarrolló su pasión por las plantas y los animales, así como por todo aquello que rodeaba su vida, que transcurrió plácida y serena, aprendiendo a sobrevivir a pesar del clima extremo y de los duros reveses que le deparó el destino, donde conoció al que sería su gran amor, con el que concibió a sus cuatro hijos. Más tarde, se cruzaría en su camino un ser maléfico que estuvo a punto de acabar con su cordura y con su vida.