Siempre me ha gustado viajar, pero no sabía que el viaje más emocionante, gozoso y largo que me esperaba era el de ser padre. Está lleno de aventuras y descubrimientos que no imaginaba. Es un viaje en el que se vuelve sobre los propios pasos yendo hacia adelante, con los sobresaltos de lo inesperado y sin poder señalar las esperanzas en un horizonte que se acerca y se aleja en los vaivenes de cada día.Es un viaje que avanza por propia inercia y también me va dejando atrás. Es un viaje contado en poemas.
Alberto Cotillas Revilla. Nacido en Burgos, cuando se jugaba libremente en la calle masticando regaliz de palo, criado en el popular barrio de Gamonal, donde pasaba algunos ratos en una pequeña biblioteca para adentrase, como un personaje más, en las aventuras de Tintín y de Los Cinco. Estudió en varias ciudades y, finalmente, hizo Magisterio. Siempre ha estado de acá para allá: actúo en un grupo de teatro, dio clases en pueblos, fue cooperante entre el Caribe y el Pacífico, viajó cada vez más lejos y completó una pausada vuelta al mundo con su familia. Por su cabeza suelen deambular planes disparatados, algunos creíbles. Escribe menos de lo que le gustaría; considera un poema como un pequeño capítulo de la vida. Quedan todos los días es un libro de padre a hijas, sus ilustraciones son la huella de cada edad y las palabras en papel no se las llevará el viento, siempre permanecerán en el universo de sus lecturas.