Hoy, desde la experiencia de años, el autor nos dice que es un hijo de la vida, «aprendedor compulsivo», entusiasmado por la vida, constructor de hermosura, hombre al fin y al cabo y que cree.
Que no pare la música... no hay sillas para todos es un recorrido por su pensamiento sobre la vida, su autoconocimiento, su forma de relacionarse con los demás y su relación con Dios.
Nos propone un juego sencillo, simple, correr alrededor de unas sillas que, poco a poco, se va complicando, creando el poliedro que es la vida, donde desaparece lo absoluto y lo relativo, la verdad y la mentira, los dogmas y los radicalismos, en una visión profundamente optimista de la vida.
Carlos Llaneza Aller (27 de mayo de 1962). Leonés, toda una vida dedicada a la industria del seguro, se define a sí mismo como un gestor de recursos y personas, en el arte de equilibrar los intereses de los empleados, los clientes y los accionistas. Viajero incansable, ha repartido su vida viviendo en León, Oviedo, Buenos Aires y, actualmente, en Madrid. Dice que esta conjunción de vivir en diferentes lugares y viajar por más de 40 países del mundo son sus grandes mochilas llenas de ganas de vivir.
Finalizados sus estudios jurídicos y de empresa, desarrolla toda su carrera profesional entre España y Latinoamérica.
Desde muy joven, la literatura ha sido parte de su vida, bien como lector insaciable, bien en su vertiente creativa, pues desde su juventud ha escrito poesía y cuentos. Nos presenta hoy su primera publicación: Que no pare la música... no hay sillas para todos.