En esta ocasión serán los niños los que cuenten una preciosa historia de amor y respeto mutuo a su querida mamá de día. Nosotras como mamás sólo hemos escrito aquello que nos trasmiten nuestros pequeños. Mirarlos a los ojos y sentir su presencia ha sido nuestra guía.
Ahora sólo queda relajarse y disfrutar de este pequeño reconocimiento a todos los profesionales de la educación que con tanto amor y paciencia cuidan de nuestros hijos. Gracias a todos y cada uno de vosotros.
Rebeca Hidalgo Martínez