De su poesía llama la atención la profundidad del sentimiento que, unido a ese sabor de lo añejo, da a sus versos un tono de otro tiempo.
Hay mucha verdad (...) y capacidad creativa para expresar con exquisita crudeza la vida que le ha tocado saborear, ya sea con placer o dolor, en el fondo, sin duda, hay mucho amor; un amor que nace en un rincón escondido de su entraña, de ahí esa emoción que hace temblar los cimientos de quien lee o escucha sus versos, no en vano el poeta sabe, como nadie, declamarlos y transmitir la conjunción entre melancolía y anhelos irrealizables.
Con un lenguaje sincero, sencillo, sin artificio, pero lleno de una gran intensidad, Juan Antonio Peinado llega directo al corazón de sus lectores.
Hombre afable, amigo de sus amigos, sin doblez alguna, siempre dispuesto a echar una mano, es, recordando a Machado: “En el buen sentido de la palabra, bueno” y en este libro nos deja “su equipaje”, una mochila llena de recuerdos, amor, anhelos y sueños que van, poco a poco, llenando sus páginas de unos versos sentidos y cuajados de vida.
Juan Antonio Peinado Fernández nace en Minaya (Albacete) el 9 de mayo de 1959. De padres más que humildes, empieza a trabajar por necesidad casi antes de de tener la edad legal para hacerlo y poder colaborar con el sustento de la familia. Sus estudios, por tanto, fueron básicos, de ahí quizás la sencillez de sus palabras. Palabras de la calle, del día a día. En su corta experiencia como poeta, o más bien como escritor, trata de reflejar los pensamientos, sentimientos y vivencias que da una dilatada vida, ya que comienza a escribir con casi medio siglo de vida.