Marisma contiene diversas sátiras en que se destripa a sujetos reales y conocidos de distinta laya (fatuos, listillos, sectarios, hipócritas, necios, aduladores, sinvergüenzas, ladrones…). El lector avisado podrá inferir, sin mucha dificultad, de quiénes se trata. El poemario recoge también algunas poesías de sorprendente y encendida sensualidad. El libro es, asimismo, un repaso de mi infancia, en que me sentía esencialmente perdido y fuera de lugar, extraño en una marisma extraña (se llama precisamente así —Maresma— la comarca donde yo vivía entonces).