Tan frágil, tan luminosa como una estrella resplandeciente en mitad de la nada. Un nido de energía limpia y pura. El único planeta habitado de mi universo. Galaxia flotante y advenediza. Testigo de mi fugaz paso por este mundo. Fanal de proa, cruce de caminos. Espíritu anacarado de sangre libre. Y yo estaba allí, a tu lado, sin saber qué hacer en ese momento, sin imaginar cómo sostener algo tan frágil entre mis brazos.
Josian Pastor