Los renglones pintados. Crónica de un encuentro.
Adentrarse en la lectura de Los renglones pintados supondrá para el lector un viaje al pasado. Estamos ante una novela de corte histórico, ya que su trama sucede en tiempos pretéritos. Desde niño, el afán de su autor ha sido indagar en la vida de Saúl Tolmo, quien siempre se le ha escapado como un fantasma gótico y huidizo, aunque, a su vez, le ha acompañado, cómodamente instalado, en algún lugar de su mente y de su instinto.
Con el fin altruista de rescatar a Tolmo de las garras del olvido, el autor ha buscado en librerías de viejo las novelas ilustradas por el artista, editadas bajo la dirección de Vicente Blasco Ibáñez, sin importar el estado de conservación ni el precio. Con insistencia, ha navegado en la red en busca de cualquier dato que lo acercase a la vida y obra de este hombre, dejado y esquivo como un viento fugaz, de quien apenas queda rastro en bibliotecas y archivos. A veces, la misión le pareció un empeño imposible, asemejada a una lucha de quijotes y molinos.
Aun así, lo consiguió. La prueba son estas páginas, presentadas en forma de libro y transcritas como una realidad novelada, donde se aportan los datos recopilados, junto con fotos e ilustraciones, convirtiéndose para el autor en un pequeño y gran tesoro, la realización de un sueño largo tiempo perseguido.
Ahora, revivo el claro axioma de que nadie muere mientras se le recuerda. Concluyo mi modesto aporte dejando patente el silogismo del poema de Bécquer en la figura de Andrés Valero, quien, después de tanta lucha y arduo camino, ha conseguido rescatar de la negra noche de los siglos a su paisano pintor, recitando de viva voz —y por escrito— los últimos versos del poema. Como si de un ritual se tratara, desde lo más profundo de su alma y con el mayor respeto posible, en el mayor de los silencios, ha dicho: «¡Saúl, levántate y anda!».
Andrés J. Valero Valera (Casas de Ves, Albacete, 1957) es licenciado en Veterinaria por la Universidad de Córdoba y vive su profesión junto a agricultores y ganaderos para no perder sus raíces del mundo rural que vivió durante su niñez. Es coautor de varios trabajos científicos sobre sanidad animal. Tras la publicación de su primera novela, Al rescoldo de la lumbre, nos ofrece esta segunda obra, a modo de biografía novelada tanto del propio autor como del pintor Saúl, titulada de Los renglones pintados de Saúl Tolmo.
