Tanto la falta de conocimiento detallado sobre las circunstancias que rodearon su escritura, como las propias características de la lengua china, han impedido que contemos con una traducción definitiva y consensuada de los libros del Tao —diversas copias manuscritas que se han unificado comúnmente con el nombre de Tao Te Ching—. Ni tan siquiera estas registran textos completos y totalmente equivalentes. Partiendo de traducciones que ya se han publicado (y que se citan en el apartado bibliográfico), esta edición pretende adaptar el contenido a las peculiaridades de nuestro idioma simplificando al máximo la expresión, aunque tratando siempre de respetar la esencia del mensaje. El verso desnudo, sin puntuar, ha resultado el cauce expresivo más adecuado para transmitir los afilados conceptos taoístas.