La Cruz de Cristo es necedad para los gentiles y escándalo para los judíos, dice San Pablo. También hoy, no son pocos los cristianos que se escandalizan ante la sangrienta e innecesaria tortura a que fue sometido Jesús durante su Pasión.
Si un solo pensamiento de Dios habría bastado para redimir a la humanidad entera, ¿a qué tanta crueldad y ensañamiento?
Estas páginas se asoman al corazón de Dios para tratar de vislumbrar la sabiduría divina y de comprender la necesidad de tan dura prueba.
La urgencia de la santidad es fruto del esfuerzo del autor por mostrar que, pese al sufrimiento humano y a través de él, lo que se vislumbra es la gloria de la cruz y el tierno rostro de un Dios providente enamorado de su criatura.