La talla de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, del escultor Pedro de Mena en la iglesia de Alhendín, Granada, es depositaria de un valor artístico tal, que ha sido y sigue siendo referente imprescindible para el estudio de la escultura barroca española. El modelo que propone el escultor, sigue los postulados iconográficos y estilísticos de las inmaculadas del siglo XVII, pero la talla alhendinense plantea además una estética exterior, y sobre todo interior, que escapa a los modelos y esquemas de las que la precedieron, no solo en la escuela granadina o andaluza, sino en el panorama escultórico nacional.