La presente novela trata de reflejar la sordidez de un mundo rural en la España de la posguerra. El protagonista, hijo de un pueblo minúsculo, toma la decisión, ayudado por sus padres, de no ser un palurdo más, por lo que se educa en los entonces Institutos de Segunda Enseñanza hasta convertirse en un bachiller con excelentes notas.
Pero las circunstancias no le permiten desprenderse enteramente de su envoltorio pueblerino, entrando a trabajar como contable en la explotación agrícola más importante de su mismo pueblo. Allí empezará a conocer la dureza de la vida, las miserias humanas y las alturas de miras de sus semejantes.
Pudiera decirse que en un pueblecito tan pequeño no cabrían más que la solidaridad y la grandeza de almas, pero el joven emprendedor descubre que la bajeza y la maldad llegan a todas partes donde exista un ser humano.
Viene el editor y me comenta que sería conveniente poner algo en la contraportada, algo así como una biografía mía, aunque sea muy resumida. Le dije que sí, que lo pensaría, que si eso es lo que había que hacer, lo haría.
Bueno, pues tengo que decir que nací en Albacete en el año de gracia de 1949, que en mi DNI dice que soy hijo de José y de María, que me formé en los Escolapios y que luego de hacer el servicio militar ingresé en el antiguo Banco de Bilbao. Que me casé con María Dolores García, que tengo dos hijos y una nieta preciosa.
No soy más que un pobre aficionado que, en la última etapa de mi vida, cuando ya estoy libre de casi todas las obligaciones que lleva consigo una vida activa, he encontrado en la escritura un recurso para llenar mi tiempo libre. Empecé con muchas dudas, creyéndome incapaz de rellenar ni un par de cuartillas, pero a base de tesón, esfuerzo, documentación y, por qué no decirlo, cabezonería, terminé por poner fin a mi primer libro. Y a este siguieron unos cuantos más, hasta el punto de que estoy trabajando en el séptimo. Y amenazo con continuar, si la vida me da tregua para ello.
