Un grupo de chicos se encuentra lejos de su hogar, trabajando en la vendimia. Tras finalizar una agotadora jornada deciden, con buen criterio, ahorrarse el dinero de la pensión y pasar la noche en un viejo caserón abandonado.
Hace frío y la leña escasea. Juan, el cabecilla del grupo, ordena al más joven que se desplace al piso superior para buscar madera con la que avivar el fuego que ya comienza a extinguirse. Transcurrido un tiempo sin que el muchacho dé señales de vida, Juan decide subir para ver qué ha pasado. Allí se encontrará con algo que jamás hubiese imaginado.
Éste es uno de los treinta relatos que recoge este tercer tomo de la colección “Sonseca viva”. La mayoría se desarrollan en una mezcla de misterio y heroísmo, a caballo entre la historia y la leyenda. No debemos olvidar que toda leyenda tiene una parte histórica, y toda historia algo legendario.