La autora reside en un Hogar de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Ha decidido publicar estos pensamientos, de forma anónima, con un único deseo: que resulten edificantes para quienes sienten el asombro de encontrar a Dios en los Sacramentos, y buscan sentido al sufrimiento que conlleva el privilegio de vivir. Abre tú también el alma al mensaje diario del Señor.