La vida es una constante elección. Los acontecimientos que nos suceden cada día y las circunstancias que nos rodean escapan a nuestro control. Solo la actitud con la que nos enfrentamos a ellas nos pertenece.
Ver la vida a la luz de la fe es el gran regalo que nos permite bajar el cielo a la tierra y encontrar sentido a la adversidad.
Elegir otra mirada para el mundo sí es nuestra elección; enfocar la enfermedad como la posibilidad de crecer espiritualmente, una opción.