Extremadura es poesía es una selección de poemas que están inspirados en los recuerdos que el autor tiene de su infancia y juventud en su tierra natal extremeña. Todas las poesías que contiene este libro son fruto de las vivencias personales y creatividad del autor en una etapa muy dura de su vida que, a pesar de lo que le tocó vivir, recuerda que fue feliz, pero siempre fue un soñador con miras en el horizonte, esperando y deseando un mundo mejor.
Nací en Carcaboso (Cáceres) el día 20 de febrero de 1950.
Segundo de cuatro hermanos y de familia humilde y en tiempos muy difíciles. Mi padre era guarda en una dehesa en el término municipal de Pasarón de la Vera, lejos de pueblos, pues los más cercanos estaban a seis o siete kilómetros. Allí estaba mi casa, sin luz eléctrica, sin agua corriente, sin teléfono, sin automóviles... Para desplazarse a los pueblos había que ir andando o en caballerías por caminos, en la mayoría de los casos, llenos de tropiezos.
Para poder ir algo a la escuela mis padres nos llevaban con los abuelos en temporadas de invierno a Carcaboso. Nunca recuerdo cursos completos, pues a partir de los siete u ocho años ya había que ayudar en casa con las excusas, que era el sueldo de mi padre.
Nunca conocí casa propia en ningún pueblo, solo conocí mi casa en la dehesa, donde las noches largas de invierno las aprovechaba mi padre para ponernos cuentas y problemas de lo que él sabía y conocía, y también leer libros, etc., a la luz de un candil, primero de aceite y, posteriormente, de carburo. También recuerdo un invierno que, montados en una burra, íbamos mi hermano mayor y yo hasta Pasarón de la Vera todos los días a la escuela, incluso lloviendo y arropados con una manta.
En algún curso no fui ni un solo día a la escuela, había que ayudar en casa con las excusas, con el ganado, huerto, coger bellotas, trillar y demás trabajos del campo.
Desde la edad de doce años ya no volví más a escuela, comenzando a trabajar en el campo a jornal por cuenta ajena. La poesía y la pintura eran mis aficiones favoritas, pero aquella vida en el campo no era la más propicia ni indicada para practicar mis aficiones. Mi juventud fue difícil, pues para salir un rato de ocio había que desplazarse a los pueblos y lo peor no era la ida, sino la vuelta por la noche, cansado y por caminos, y a veces por atajos y a oscuras.
Me casé joven y me trasladé a Talavera de la Reina, después de dos años, a Alcobendas, y cuatro años después, vuelta a Talavera.
Hoy, ya jubilado, quiero hacer mi poesía con mis recuerdos de aquella época llena de añoranzas, muy humilde en aquel campo extremeño; para mí es una gran fuente de inspiración y de ahí van naciendo mis poemas.