Dicen que el tiempo lo cura todo. Claro, ¡todo pasa! Ahora bien... ¿Cuánto tiempo? ¿Qué pasa durante ese tiempo? ¡Volvemos a la casilla de salida!
¿Cómo se empieza? ¿Cómo se construye una nueva vida después de tantos años junto a la misma persona? ¿Cómo aprendes a estar sola? ¿Qué se siente? Duele, ¡claro que duele!
Esta es mi historia desde mi día cero. He querido desnudar mis sentimientos siendo clara, sin censuras. Todo lo que viví, sentí y crecí.
Y en mi evolución comprobarás que se va apagando ese dolor y se convierte en libertad. Libertad para sentir. Libertad para decidir. ¡Libertad sin más!
Ha sido un viaje en el que he conseguido estar encantada de conocerme, de encontrarme, de quererme... Agradecida y renovada. ¡Estoy viva!
Te animo a dejarte seducir y fluir. Verás cómo consigues tu cima, tu gloria, tu yo. ¡Estarás viva!
Me llamo Eva María Ortiz García, nací en Barcelona un 11 de mayo del 74. Crecí en el barrio de Horta, en el seno de una familia trabajadora, donde me inculcaron la cultura del esfuerzo y el amor por la lectura. Esto me llevó a convertirme en una contable a la que le encantan las letras, la escritura.
Soy madre de dos guaperas, Pau y Pere, que son mi vida, mis amores. Aunque a veces haga de enfermera, maestra, cocinera…, ellos me dan lecciones de vida, me hacen frenar y disfrutar el momento y a la vez les sirvo de espejo. Babeo como madre y grito de tanto en tanto. Somos un equipo de tres y me encanta tenerlos a mi lado.
Dicen que soy un unicornio (puede ser), muy emocional, sensible y alegre. Me inicio en mi primera publicación con un libro basado en mi vida desde mi día cero. Cuando me divorcié, buscaba información para salir de la tristeza, la dependencia, en cómo volver a ser yo, a estar alegre; encontraba inicios duros con finales felices, pero… ¿y lo del medio?, ¿qué pasa con lo del medio? Lo escribo y describo como lo viví, sin censuras, sin vergüenza.
Ahora tengo mis parcelas, el deporte es mi salvavidas, mi fuerza. Me encanta estar en familia, disfrutar de mi gente, salir con mis amigos, estar en pareja y, por supuesto, disfrutar de mi soledad. Me siento una guerrera con ganas de seguir aprendiendo, seguir sumando, agradecida y entusiasta. Con mucha chispa y amor que dar, estoy abierta a la vida con la promesa de volverme a retar.