La poesía de Mari Carmen Cuéllar, aunque dolorosa, se presenta llena de belleza y espiritualidad, impregnada de reminiscencias de la mística teresiana. Sus versos, preñados de metáforas, fluyen como fluye un río o la vida misma, con una espontaneidad y sencillez difíciles de precisar. Se trata de una lírica que desciende a las profundidades del alma, la cual a ningún lector sensible podría dejar indiferente.
El Ocaso de la Rosa es la primera obra publicada de esta sorprendente poetisa, a la que deseo larga vida física, espiritual y literaria.