Tras la misteriosa desaparición de su madre en Barcelona, el estudiante de Bellas Artes Marc Dexeus se embarcará en una cruzada por medio mundo para huir del acecho y la maldición de la Orden de la Salamandra de Oro, demostrar su parcial inocencia y poner en evidencia pública los dominios de la peligrosa secta, que llega hasta los más altos peldaños de la sociedad mundial globalizada.
Acompañado y apoyado por su joven prima Ágata, su perro Gengis Kan, el reportero australiano Tom Morton y un particular guía espiritual al que comúnmente llaman Santo Hermano, Marc deberá contribuir al derrumbamiento del plan de dominación planetario del salamandrino dorado Édgar Lemoine y sus enigmáticos superiores, los draconianos, y alentar a una masa de personas adormecidas para la creación de un mundo más natural, más pacífico y respetuoso. Para ello será preciso y esencial que descubra y despierte al Mago que se oculta en su interior.
Suspense, amor, terror, venganza, acoso y poderes extrasensoriales. Despertar espiritual masivo, valores humanos y templos secretos. Agujeros de gusano, redes sociales, Saturno, pandemia vírica y no violencia. Utopía, extraterrestres, alter egos y la música de Aretha Franklin son algunos de los ingredientes de esta intrépida aventura que decidirá el destino de la sociedad humana.
Danni Juulià (1980) fue un niño de los llamados «en su mundo», pero siempre destacó por su creatividad. Posteriormente, durante años, tuvo prácticamente fe ciega en temas filosóficos de naturaleza esotérica, lo que le permitió crecer como persona y en valores.
Pero después de una crisis existencial, una voz persistente le invitó a reflexionar acerca de su existencia más allá de lo que decía un libro o algún gurú; la voz de su propio aprendizaje, de la duda. Trató de ver y sentir el mundo que le rodeaba con una mente virgen y abierta, hasta donde su progreso real se lo permitía, y entender la espiritualidad de una manera más profunda, sin condicionamientos. Y aunque aún está en proceso, esa perspectiva le permitió empezar a vislumbrar, de una manera sincera, la energía crística de su propio corazón.
