El bolígrafo rueda por el suelo. Estoy tumbado en un banco, el de siempre. Dejo pasar el tiempo en la soledad de mi vida. No tengo familia. Estoy sufriendo, ella ya no está y también padeció. Ya no tengo nada, dos palabras en mi sitio de la acera me recordarán: Sin nombre.
Jaime Peiro Piqueras