El amor erótico, obsesivo e inevitable es el eje en torno al que pivota esta historia narrada en primera persona; el mástil en que ondea la vida de su protagonista. No está claro quién seduce a quién, o si, en realidad, se trata de dos almas enredadas en una misma telaraña de la que es imposible zafarse.
El relato da cuenta del ascenso a los cielos del erotismo y el descenso a los infiernos de la traición. Una pasión arrebatadora y oscura, un amor que nada pide a cambio, salvo las migajas que se le ofrecen; un amor que parece incondicional y que, sin embargo, debemos llamar ciego.
La joven convertida en mujer guarda los rescoldos de la efervescencia mientras transita hacia una serenidad creativa y creadora. Pero lo que parece un recorrido hacia una solvencia personal y profesional desemboca en un final tan inesperado como sorprendente.
¿Quién es Isabel? ¿Qué ve? El lector se preguntará quién hay detrás de esa vida a la deriva, que es y no es a un tiempo autónoma, y es, en cualquier caso, una crónica: la de quien cuenta los hechos con voz propia.
¿Ensueño o certeza? ¿Engaño o autoengaño? Muchas son las preguntas que se suscitan en este infierno de deseos imperativos, prosa intimista y sentimientos agridulces.