¿Qué se esconde tras la sonrisa perenne de nuestros labios? ¿Son ciertas aquellas lágrimas que encharcan las pupilas inundando cuerpo y alma a cada rato?
Somos tristeza y alegría a partes iguales. Yo decidí comprarme una coraza para el cuerpo y una máscara, con nariz de payaso incluida, que ocultase el dolor y el miedo.
Deconstruyéndome no es más que apartar la coraza, quitarme la máscara y la nariz y dejar que sea el corazón, su daño, quien escriba. Miedo, dolor, lokura, alegría… sentimientos que salen a flote en cuanto se abre el dique de la inspiración y el boli baila sólo sobre el papel, sin trampa ni cartón.
Puede que el corazón me haya dado de sí de tanto usarlo.
Toñy Espada.