El poeta va uniendo eslabones como una cadena de relación con la Palabra Viva que no se rompe en ningún momento.
Sentado en brocal de pozo, ante la presencia eucarística, siente a esa Palabra que le habla al corazón, uniendo un pasado con un presente, formando un todo, que hace aflorar en su mente y en su corazón la belleza de sus sentimientos y palabras.
Son un grito de amor, de encuentro con Cristo Vivo desde su pequeñez, en medio de esta noche oscura que invade su mundo y el nuestro.
Lucrecio Serrano Pedroche. Nacido en 1946, Montalbo –Cuenca–, España, reside en Albacete desde 1969, Catedrático de Instituto de Lengua y Literatura Españolas, Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación.
En su actividad profesional, ejerce como maestro nacional, profesor de enseñanza media y de enseñanza universitaria.
En su actividad pública, ocupa diversos cargos de responsabilidad política en el Ayuntamiento de Albacete y en las Cortes de Castilla-La Mancha, representando a la provincia de Albacete.
Está casado con Teresa, es padre de dos hijos y abuelo de cinco nietos. Se dedica a escribir.