Decía el ínclito Pascal: “hay suficiente luz para quienes no desean más que ver, y suficiente oscuridad para quienes tienen una disposición contraria”.
Esta miscelánea de poemas ha llegado a ser en virtud de la sublimación del corazón, y por ende, del alma... Así, necesariamente, lo que subyace en el poemario siempre es el amor.
Virginio Jiménez Sáez (Villamalea, Albacete, 1966). Este es mi primer libro de poemas editado como tal.
Un día, no recuerdo cuándo, conocí a Bécquer, y desde entonces no he parado de seguir su estela desde mi mediocridad… a mi manera…
Luego advino a mi vida el inmortal Baudelaire y me mostró qué cosa era “la incontinencia del diablo”…, “la incontinencia del alma”.