Brava partida no es un libro convencional. No es ni una biografía, ni una novela histórica, ni un estudio literario, ni una antología poética. Aunque tiene un poco de cada uno de estos ingredientes.
Este libro es un juego. Un juego de géneros, de narradores, de verosimilitudes, de identidades. Un juego intrascendente, inocuo, inasible e inconstante. Aunque quizás nada sea lo que parezca.
Quizás parezca que el protagonista de este libro es el poeta y editor Alejandro Finisterre, conocido también por haber patentado una de las versiones más populares del juego del futbolín. Sin embargo, por sus páginas se cruzan muchos hombres y mujeres heroicos de un siglo terrible que por fortuna ya terminó; de igual modo, en ellas seguramente nos acabemos reflejando los desgraciados habitantes de este nuevo milenio con toda nuestra mezquindad, cobardía y desesperanza.
En cualquier caso, si tienes este libro entre las manos la primera bola de la partida ya está sobre la mesa. Juguémosla.