Dejé de beber el 19 de febrero de 2020. El 15 de marzo cerraron los bares y me puse a escribir. No había planeado ninguna de las dos cosas. Escribía mi primer cuento después de 14 años. El país se mataba por el papel higiénico. A mí me quedaban dos rollos. Prefería limpiarme el culo con hoja de higuera que despilfarrar mi tesoro. Engrasé mi vieja Olivetti y engarcé el papel en el carro.
Primero un cuento, después otro. Lo terminaba, lo publicaba en el Facebook sin saber qué escribiría al día siguiente. Hoy, 19 de marzo de 2021, he terminado la última historia. Sigo sin beber y los bares están abiertos. En estos cuentos hay idiotas, locos, putas, policías, periodistas corruptos, tontos del culo, políticos abyectos, borrachos, suicidas, listos, soberbios, cotillas, flipaos, caciques, asesinos, víctimas y mafiosos. Me ha costado mucho esquivarlos, amarlos, crearlos y soltarlos para que continúen su camino. Mira lo que te digo, en alguno de los miserables rincones de este libro estás tú. Sí, tú, el que estás leyendo las idioteces que escribe un loco detrás de sus libros. Si quieres encontrarte, ármate de valentía y abre la primera página. Y deja de mirarme con cara de apalominao, jajajajajajajaja.
Antonio Magán
Antonio Magán